miércoles, 13 de febrero de 2008

Sin hora

Me pierdo y no sé qué hora es.
Camino, sin rumbo,
compro, y no sé qué hora es.
No llevo reloj,
pero sí bufanda, tapado
gorro de lana y guantes.
No sé qué hora es,
pero no me puedo dormir,
mis ojos grandes y abiertos
miran una mancha negra en el techo.
Mi cabeza da vueltas,
casi tantas como mi cuerpo entre las sábanas.
Pienso en ayer, en mañana,
y casi nada en lo que fue hoy.
No sé qué hora es
pero espero que tarde en llegar
la música que por las mañanas
me recuerda
que debo despojar a mi cuerpo
de toda calidez.
Aquí la hora no importa,
pero el tiempo pasa.
Los días corren,
y los momentos se fugan.
La gente permanece,
y yo me vuelvo.
El lugar me invita,
pero yo educamente
contesto que mi casa está en otro lado.
Saco fotos, camino,
y saco más fotos.
Doy vueltas,
observo,
me deleito.
Y nunca,
en ningún momento
sé qué hora es.

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