Bueno. Está bien. No me levanté al mediodía. El tema fue que mi pronóstico falló, y no sólo no me acosté alrededor de las cinco sino que a mi casa llegúe recién a las ocho. Una noche con varios planes arreglados desde hace días atrás (noches que por cierto así no me gustan tanto), terminó sirviéndose de una gran dosis de espontaneidad que fue lo que rompió contra todo pronóstico esbozado unas horas antes.
Hoy no sólo no me levanté molesta sino que hasta por el contrario, lo hice contenta. Esta vez no ignoré mi alarma-recordatorio, y además la usé como mi despertador de domingo. A las tres y media de la tarde ya había comido, y estaba en mi terraza escuchando una bossa nova-jazz bajo los rayos del sol!!!
Como si esto fuera poco, mañana empiezo la semana tempranito, y al no haber dormido tanto seguramente esta noche no sufriré los episodios de insomnio que vengo teniendo. Ya estoy sintiendo alivio.
Un día divino, un estado de paz, una temperatura ideal, un clima que por fin empieza a generarme sonrisas.
No quiero colgarme así que mientras suena The Divine Comedy, me alejo ahora de la blogósfera para volver a la terraza a sacar los yuyos de mis a veces tan descuidadas plantas.
Qué lindo domingo.
domingo, 30 de septiembre de 2007
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