Deberían dejar de incluirlas en los paquetes de pan lactal.
Realmente, ¿quién las come?
Son marginadas, despreciadas y finalmente olvidadas dentro del paquete que las contiene.
Sólo sirven para ponerse verdes, para generar olor a podrido en la cocina, y alguna que otra náusea para quien ilusionado busca un pancito para mojar en la salsa que le mandó la abuela.
Aunque intente ponerles toda la onda, convirtiéndolas en tostada o disfrazándolas con queso para untar, no dejan de ser poca cosa para mi paladar.
Digo yo, no podríamos excluirlas del combo? De última, los Sres. empaquetadores de pan lactal podrían armar un paquete especialmente para las "tapas". Seguro algún que otro loco con gustos raros consumiría el nuevo producto contento.
Y sino, que después nadie se queje de que "tiramos comida cuando hay gente que muere de hambre."
miércoles, 22 de agosto de 2007
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