Buscaba mi fitito rojo entre todos los que estaban cómodamente estacionados en la calle.
Parecía no estar muy segura de cuál era el mío, y miraba detenidamente el interior de cada uno comparándolos.
Hasta le pregunté a mi compañero de sueño, aquel que iba a acompañarme en el fitito a comprar algo, si el mío era descapotable.
martes, 7 de agosto de 2007
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