Envuelta en una especie de nostalgia me puse a mirar fotos viejas. Y me topé con las de Río, que por cierto no tienen más de unos meses (un poco más de medio año, si se quiere). Fui a pasar año nuevo y dos semanas de enero de este último verano con quien en ese momento era mi novio. La ciudad es tan hermosa, tan mágica y especial que no puedo dejar de postear algunas de las fotos que todavía hoy me hacen suspirar. Esos contrastes tan fuertes y esa belleza inaduita se han convertido en un rincón maravilloso, al que siempre valdrá la pena volver. Una y otra vez...a seguir descubriendo.
Ojalá disfruten de estas fotos los que fueron y adoraron la ciudad tanto como yo. Y ojalá que despierten curiosidad en aquellos que todavía no han ido.
Río de Janeiro, con todo, es un paisaje imperdible. Y no puedo dejar de nombrar a los cariocas, que además de ser amables están siempre bañados de alegría.
domingo, 7 de octubre de 2007
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