Tu barba desfigurada,
y una mirada perdida,
todos tus gestos paralizados.
Mi cuerpo despierto,
de deseo descontrolado,
haciendo uso de mis caricias
para despertar el tuyo,
y anestesiar tu cabeza.
Un rincón de sábanas nos espera,
y hoy nada nos detiene.
miércoles, 10 de octubre de 2007
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