Un corcho quebrado,
un vino picado.
Tu mano roja chorreando uñas,
y gotas de sudor.
La muela partida,
y tus encías sangrando dolor.
Un cuerpo roto,
y un alma que no está.
Un agujero en la panza,
y tus entrañas disueltas.
Agonía sincera, pobre,
y eterna.
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