vuelvo a la realidad, aquella donde no soy especial, y donde todo siempre es igual, escéptica, descreo all the time.
2 comentarios:
Anónimo
dijo...
Yo no se... tal vez te aplica. Los amores perdidos, no son pedidos. Son totalemente ganados. Es como si te los masticaras hasta sacarles el sabor. El poema no es mio (hay que ser estricto, es de un super poeta peruano).
"Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé! Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma… Yo no sé!
Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte. Serán talvez los potros de bárbaros atilas; o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma, de alguna fe adorable que el Destino blasfema. Esos golpes sangrientos son las crepitaciones de algún pan que en la puerta del horno se nos quema
Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos, como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Anónimo: Muchas gracias por el poema que me acerca. Muy fuerte. Hay golpes duros, es cierto. Y muchos de ellos tienen que ver con los amores, perdidos, ganados...como usted dice, no pedidos. Todos debemos tener en nuestro conteo al menos uno. Gracias por pasar, y lo espero de vuelta (ojalá con algún nombre). Un beso grande! Euge.- Esto es genial: "Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos, como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, como charco de culpa, en la mirada."
2 comentarios:
Yo no se... tal vez te aplica. Los amores perdidos, no son pedidos. Son totalemente ganados. Es como si te los masticaras hasta sacarles el sabor. El poema no es mio (hay que ser estricto, es de un super poeta peruano).
"Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… Yo no sé!
Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán talvez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema
Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!"
Anónimo: Muchas gracias por el poema que me acerca. Muy fuerte. Hay golpes duros, es cierto. Y muchos de ellos tienen que ver con los amores, perdidos, ganados...como usted dice, no pedidos. Todos debemos tener en nuestro conteo al menos uno.
Gracias por pasar, y lo espero de vuelta (ojalá con algún nombre). Un beso grande! Euge.-
Esto es genial:
"Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos, como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, como charco de culpa, en la mirada."
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