Esa corazonada, una larga sensación incontrolable, como un detector que se activa dentro mío, como un remolino que me sacude y no me permite estar en paz.
Esa corazonada es la que me avisa, la que me alerta, la que despierta sospechas.
Interminable búsqueda de la verdad. Acaso podré encontrarte?
Algunas miradas, intensas o retraídas, dicen todo.
Seguidas de ellas, el a-som-bro. De a poco, la tristeza
Alguna vez las palabras verdaderas eran el gesto que más apreciaba.
Hoy las miradas sinceras son las palabras que más valoro.
Sólo me basta con mirarte a los ojos, ellos revelan tus secretos.
martes, 12 de junio de 2007
Miradas
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