En situación particular, premeditada, y casi siempre placentera; mi cabeza reprodujo un conjunto de imágenes en apenas unos segundos, por demás inoportunas. Un fotomontaje rítmico, con musicalización de la banda sonora que inventaba mi mente. Un flashback erótico con cortes al ritmo de los golpes de la música, una sucesión de imágenes memorable. Una mezcla de situaciones y de personas, una pincelada de muchos momentos de mi pasado.
Siempre dije que el baño es un lugar que constantemente invita a la reflexión, a la abstracción momentánea, y a cuelgues sin importancia también. Un lugar excelente para pensar. Porque uno está solo. Con uno. Y sin hacer ninguna actividad que requiera de concentración o desvíe nuestra atención hacia otro lado.
Hay situaciones, entonces, en las que deberíamos evitar ir al baño para no correr el riesgo de que la cabeza sin aviso ponga play y te lleve a lugares excitantes pero inoportunos. Lugares de los que probablemente minutos después sea difícil olvidarte y por sobre todas las cosas, querer alejarte. Pero por el lugar y la circunstancia en la que tu cuerpo se ve envuelto, la necesidad de concentrarte en el "ahora" es prominente, y puedo asegurar que si eso no sucede, "el otro " lo nota inmediatamente y la situación puede llegar a verse comprometida.
Quizás debamos entrar al baño pensando en determinada cosa, y obligarnos a no dejar que nuestra pequeña cabeza llena de material, vuele.
Estaba en el mismo ambiente físico que vos, pero en el baño me acordé de todos. Un abanico de momentos que generó que una marea incontenible de sensaciones empezara a recorrerme de pies a cabeza. Me fui por un momento, y pocos minutos (o hasta segundos después), estaba nuevamente con los pies sobre la tierra o sobre el vip.
Qué peligro, qué situación riesgosa. Qué difícil fue alejarme de esos pensamientos, y por sobre todas las cosas, olvidarme del deseo de querer volar hacia algunos de esos momentos con un abrir y cerrar de ojos: teletransportarme a otra cirscuntancia, con otra persona, en otro lugar, pero ahora.
El poder de la mente.
domingo, 24 de agosto de 2008
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