el otoño de mis labios
saborea los restos de un verano
eterno y efímero,
largo y fugaz.
un atardecer de agua salada
perpetúa mis viajes,
asienta las huellas de un andar curioso
y de agradable lentitud,
baña mis días de nostalgia,
y me invita a recorrer
dulces campos de girasoles.
un algodón suave
y de color naranja,
limpia tus pulmones,
y da oxígeno a este amor
que descansa sobre lo dulce de tu voz.
volvé pronto
con más momentos memorables
como los de ayer,
y de hoy.
quiero hacer el amor
bajo la luz de tu sol,
caliente y enceguecedor.
viernes, 28 de marzo de 2008
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