Si Kierkegaard me observara, inmediatamente me diría que estoy al límite de no saber estar angustiada.
Atrapada en ese universo de repeticiones, se asoma de a poco un leve tinte depresivo.
Mi mente abierta hacia el abanico de caminos, hacia las opciones, hacia el caos de posibilidades que es la vida…
aún así la creatividad se sumerge en un estado de quietud casi absoluto.
Mientras mis sentidos se encuentran despiertos, y sensibles a las estimulaciones exteriores, mi mente se adormece por momentos.
Ola gigante que me aplasta contra el piso, achata mi cuerpo, revienta mi cabeza.
Asfixiante como pocas cosas en la vida, la rutina se convierte en una ola gigante que diariamente viene a buscarme, a envolverme, a confrontarme.
Me persigue hasta a atraparme.
Peripecias, malabares y desvíos…voy a esquivar la depresión, y con cartel de sujeto existencial, angustiarme como se debe.
martes, 29 de mayo de 2007
filosofía barata
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
claro, a las angustias hay que llorarlas para que se vayan!
muy lindo el blog!
saludos
m
Sí...digamos que hay que permitirse estar angustiado. No es más que una especie de estado natural que viene de la mano de ser consciente del "caos de posibilildades que es la vida".
Gracias por el comentario.
Lo mismo digo de tu blog.
Un beso,
Euge.
hola!
gracias por pasarte por mi blog!
llegué al tuyo porque tu papá puso en el suyo una hermosa foto de una gata (es tuya?) que sacaste vos y un poema tuyo con versos en italiano. me los traducís?
te dejo mi mail así es más fácil (o pasame el tuyo):
bochito1981@yahoo.com
besos
m
Publicar un comentario