Una dura y efímera lucha entre lo que tengo ganas de hacer y lo que debería decir,viene a mí en ciertos momentos conformados por escasos segundos de explosión incontrolable.Cuando tercamente mi cabeza me lleva a decir lo que debería, algo emerge de mí desde adentro como queriendo romper cada centímetro de mi piel y salir con furia. Vomitando naturalidad.Peleando por ser. Y lamentablemente para mi orgullo, o para mi torpe (in?) seguridad, ese algo que emerge se vuelve vulnerabilidad, esa veloz y fuerte sensación de estar tan expuesta, desnuda, frágil. Sin escudos. Y ahí, hago y digo cualquiera.
Bajo las sábanas tus pies cubiertos de manchas de un sonido que perturba. Tu cuerpo tendido sobre el colchón, corte estuctural en la cavidad de tus oídos.