Durante un buen tiempo (2007, 2008 y 2009), éste fue un espacio de catarsis, de intercambio, de vulnerabilidad, de exposición, creatividad, erotismo, y expresión al mango.
Fue algo mío, algo interno, un proceso. Un papel en blanco esperando incondicionalmente ser salpicado con mis palabras, con el deseo y algunas lágrimas.
Diario íntimo virtual. Testigo de rupturas, de crisis existenciales, de mis amantes y mis amores. Huella irrefutable del paso del tiempo, del cambio en las formas de pensamiento, prueba y cómplice de las nuevas tecnologías.
En algún momento para varias personas dejó de ser portador de una escritura anónima, y en cierta medida eso hace que hoy el registro tan íntimo no sea posible. No desde ese lugar de confesionario con letra despojada y sin vergüenza. Pero no es sólo eso.
Sin Sentido cumplió una etapa.
Me cuesta dejarlo ir, pero para hacerlo siento que debo darle un cierre a esta parte de la historia y hoy estas palabras simbolizan un adiós.
Quedará el recuerdo, y el archivo. Por suerte no tendré que recurrir a reglas mnemotécnicas para recordar qué dije en algún momento ni para tratar de descifrar sobre quién escribía.
Quizás nos volvamos a cruzar en la blogósfera desde un nuevo blog.
Gracias a todos los que leyeron y a los que comentaron.
Feliz primavera, feliz navidad, y feliz año nuevo.