No sólo muchas veces me gustaría ser otra persona, sino que además muchas otras ni siquiera sé quién soy.
- a D.
sábado, 10 de enero de 2009
martes, 6 de enero de 2009
Enero de playa
Dú, durú, durú, du, du, dú.
Durú, durú, du, du, du,
durú, durú, du, du, duuuu.
Me hundo en un cielo tan lleno de estrellas como de rojo mi cara.
Me pierdo en las luces, una más fuerte que otra, y en la profundidad de su llamado.
Pienso en infindad de cosas mientras una mano amable musicaliza la luna con dulces acordes
(y voces).
Tres estrellas me miran,
tres se esconden,
algunas gritan.
El cielo habla, susurra,
y yo me relajo.
Unas sensaciones adormecidas cobran vida,
y me visitan.
Más de las dos de la mañana en un hostel,
verano,
y olor a viento y bosque.
Siento mi quinta.
Pienso. Un suspiro de abstracción
en el hueco de mi estructura.
De fondo, muy de fondo,
un concierto de ranas, pequeñas,
volviéndome al mundo consciente.
- Gracias por la guitarra.
(concierto de ranitas a ser agregado cuando aterrice en Buenos Aires).
Durú, durú, du, du, du,
durú, durú, du, du, duuuu.
Me hundo en un cielo tan lleno de estrellas como de rojo mi cara.
Me pierdo en las luces, una más fuerte que otra, y en la profundidad de su llamado.
Pienso en infindad de cosas mientras una mano amable musicaliza la luna con dulces acordes
(y voces).
Tres estrellas me miran,
tres se esconden,
algunas gritan.
El cielo habla, susurra,
y yo me relajo.
Unas sensaciones adormecidas cobran vida,
y me visitan.
Más de las dos de la mañana en un hostel,
verano,
y olor a viento y bosque.
Siento mi quinta.
Pienso. Un suspiro de abstracción
en el hueco de mi estructura.
De fondo, muy de fondo,
un concierto de ranas, pequeñas,
volviéndome al mundo consciente.
- Gracias por la guitarra.
(concierto de ranitas a ser agregado cuando aterrice en Buenos Aires).
jueves, 1 de enero de 2009
2009
Lo más escalofriante de cada 31 de diciembre, es que todos (absolutamente todos los habitantes de este planeta), e independientemente de su religión, estado civil, sexo, edad, características personales y lugar geográfico que elijan para vivir, alzan sus copas pasadas apenas segundos las doce de la noche y sonríen, brindan, desean. Con quien sea.
Lo más escalofriante en cualquier sentido de cada 31 de diciembre es que todos - independientemente de cuán (in) feliz haya sido el año que concluye- anhelan para uno y desean para los otros uno aún mejor.
Es un día convertido en una burbuja gigante que desde la mañana va recolectando gotitas de esperanza y fragmentos del año que al caer la noche morirá, para finalmente explotar con furia cuando suenan las doce. Todas y cada una de las sensaciones que transitamos durante el año parecen estar raramente encapsuladas para hacerse presentes un día, una noche. Al final.
Este año, por primera vez en mi vida, esperé sola en casa que sonaran las doce. Miré tele, escuché música, cené, tomé cerveza y me sentí tranquila (casi como cualquier otra noche). Pero cuando el tiempo entre las 23hs y la medianoche se hizo considerablemente menor, atravesé pequeñas sensaciones distintas y naturales que me llevaron con delicadeza a un estado primero de exaltación y luego de entrega total.
Mirando el cielo en mi terraza con una copa en la mano y un cigarrillo de marihuana en la otra, sonreí una y otra vez ante el magnífico show de fuegos artificiales brindado por mis vecinos. Una puesta en escena para mis ojos y oídos que me golpeó de lleno. Explosiones de color rojo y azul, pequeñas bombas disparadas con alegría. Mi fascinación se la llevaron "los doraditos" que son los que abarcan una buena parte de cielo cuando estallan y parecen venirse encima de uno. Cuánto festejo, cuánta descarga, cuánto pulmón de ilusión.
Hacía varios años que no veía tanto despliegue de colores sobre el cielo oscuro de la medianoche invitándome a imaginar. Ó dibujar. Y saludar.
Muchas sensaciones me recorrieron durante minutos siempre con un dejo de tristeza, pero me quedo con las que se generaron cuando pensaba en cada una de las personas que hoy me importan. Y con lo que siento cuando pienso en que son parte de mi vida, y viceversa.
Melancolía y música. El cielo y llamados. Sonrisa. Electro. E-lec-tro.
Gracias a los que están. Feliz año nuevo. A todos.
(Nos vemos a la vuelta de mis vacaciones)
Lo más escalofriante en cualquier sentido de cada 31 de diciembre es que todos - independientemente de cuán (in) feliz haya sido el año que concluye- anhelan para uno y desean para los otros uno aún mejor.
Es un día convertido en una burbuja gigante que desde la mañana va recolectando gotitas de esperanza y fragmentos del año que al caer la noche morirá, para finalmente explotar con furia cuando suenan las doce. Todas y cada una de las sensaciones que transitamos durante el año parecen estar raramente encapsuladas para hacerse presentes un día, una noche. Al final.
Este año, por primera vez en mi vida, esperé sola en casa que sonaran las doce. Miré tele, escuché música, cené, tomé cerveza y me sentí tranquila (casi como cualquier otra noche). Pero cuando el tiempo entre las 23hs y la medianoche se hizo considerablemente menor, atravesé pequeñas sensaciones distintas y naturales que me llevaron con delicadeza a un estado primero de exaltación y luego de entrega total.
Mirando el cielo en mi terraza con una copa en la mano y un cigarrillo de marihuana en la otra, sonreí una y otra vez ante el magnífico show de fuegos artificiales brindado por mis vecinos. Una puesta en escena para mis ojos y oídos que me golpeó de lleno. Explosiones de color rojo y azul, pequeñas bombas disparadas con alegría. Mi fascinación se la llevaron "los doraditos" que son los que abarcan una buena parte de cielo cuando estallan y parecen venirse encima de uno. Cuánto festejo, cuánta descarga, cuánto pulmón de ilusión.
Hacía varios años que no veía tanto despliegue de colores sobre el cielo oscuro de la medianoche invitándome a imaginar. Ó dibujar. Y saludar.
Muchas sensaciones me recorrieron durante minutos siempre con un dejo de tristeza, pero me quedo con las que se generaron cuando pensaba en cada una de las personas que hoy me importan. Y con lo que siento cuando pienso en que son parte de mi vida, y viceversa.
Melancolía y música. El cielo y llamados. Sonrisa. Electro. E-lec-tro.
Gracias a los que están. Feliz año nuevo. A todos.
(Nos vemos a la vuelta de mis vacaciones)
jueves, 25 de diciembre de 2008
¿Ó una imagen vale más que (...)? -up-
Esqueleto de un año separado en bloques por paredes despintadas,
recortes de manchas solitarias y dibujos de tinta china en colores.
Estructura gigante repleta en su composición de pequeñas partes titubeantes, frágiles, sensibles.
Momentos cliché atravesados por sensaciones auténticas. (y?) reales.
Rareza encapsulada a las doce de la noche,
en una cama.
Sonrisas descontracturadas a las tres de la tarde,
un fin de semana.
Esqueleto de un año separado en bloques por paredes despintadas,
pinceles mojados que chorrean rojo y una tela cerca de mis manos (ó de cualquiera).
año. viejo. año. nuevo. tiempo.
recortes de manchas solitarias y dibujos de tinta china en colores.
Estructura gigante repleta en su composición de pequeñas partes titubeantes, frágiles, sensibles.
Momentos cliché atravesados por sensaciones auténticas. (y?) reales.
Rareza encapsulada a las doce de la noche,
en una cama.
Sonrisas descontracturadas a las tres de la tarde,
un fin de semana.
Esqueleto de un año separado en bloques por paredes despintadas,
pinceles mojados que chorrean rojo y una tela cerca de mis manos (ó de cualquiera).
año. viejo. año. nuevo. tiempo.
jueves, 18 de diciembre de 2008
sábado, 13 de diciembre de 2008
En el oeste
Escapo del contacto con la gente,
aislando la percepción de mis sentidos.
Chorros de indecisión programan momentos de soledad
donde todo parece ser más tranquilo, genuino, y melancólico.
Cierro la puerta y caen gotas de sinceridad al ritmo de la música.
Una cama cubierta de negro, el placer de tener wi fi,
y una invitación al pensamiento.
aislando la percepción de mis sentidos.
Chorros de indecisión programan momentos de soledad
donde todo parece ser más tranquilo, genuino, y melancólico.
Cierro la puerta y caen gotas de sinceridad al ritmo de la música.
Una cama cubierta de negro, el placer de tener wi fi,
y una invitación al pensamiento.
sábado, 6 de diciembre de 2008
lunes, 1 de diciembre de 2008
jueves, 27 de noviembre de 2008
martes, 25 de noviembre de 2008
Como una heladera
Gotea a través del agujero en su estructura.
Ahí donde cierto sonido altera
y el vacío se vuelve desesperación.
Gritos de impaciencia que se ahuecan,
se diluyen. Son.
Parche para su fractura, un tajo,
el quiebre.
Sistema de repeticiones sonoras,
de noche.
Son lágrimas de locura que gotean
a través del agujero en su estructura.
Ahí donde cierto sonido altera
y el vacío se vuelve desesperación.
Gritos de impaciencia que se ahuecan,
se diluyen. Son.
Parche para su fractura, un tajo,
el quiebre.
Sistema de repeticiones sonoras,
de noche.
Son lágrimas de locura que gotean
a través del agujero en su estructura.
viernes, 21 de noviembre de 2008
martes, 18 de noviembre de 2008
De lejos
Una mariposa inquieta mezcla sus colores con el reflejo de una mano que se balancea en el aire.
Distintos tonos de verde se funden en una imagen que parece un símbolo.
Un pájaro de cola roja y amarilla se acomoda en mi hombro, me mira fijo, y vuela.
Manchitas de color indescriptible aparecen en mi retina cuando tengo los ojos abiertos, y permanecen naranjas cuando los cierro.
Tres o cuatro pinceladas gruesas de óleo cubren un cuadro entero de azul. Foto de antes.
Una tela transparente flota sincera, y me envuelve.
Tus labios húmedos rozan mi cuerpo dormido. Tu panza toca mi espalda. Abro de a poco los ojos.
Despierto.
Distintos tonos de verde se funden en una imagen que parece un símbolo.
Un pájaro de cola roja y amarilla se acomoda en mi hombro, me mira fijo, y vuela.
Manchitas de color indescriptible aparecen en mi retina cuando tengo los ojos abiertos, y permanecen naranjas cuando los cierro.
Tres o cuatro pinceladas gruesas de óleo cubren un cuadro entero de azul. Foto de antes.
Una tela transparente flota sincera, y me envuelve.
Tus labios húmedos rozan mi cuerpo dormido. Tu panza toca mi espalda. Abro de a poco los ojos.
Despierto.
domingo, 16 de noviembre de 2008
Abstracciones de Maconha (en off)
Momentos de tensión. X concentrado en su problema a resolver con los ojos clavados sobre la pantalla de su Mac Book Pro. Detrás de él, Mr. M observa la situación igual de compenetrado. Silencio. Nadie dice nada. Miran la pantalla. Piensan. Esperan. Tensión creciente.
Mi cabeza en off:
¿Podrá X resolver el conflicto con los subtítulos?
Mi cabeza en off:
¿Podrá X resolver el conflicto con los subtítulos?
Descúbralo la próxima semana en un nuevo episodio de..."My beloved MAC y yo".
Todos los lunes a la medianoche. Por C TV.
Todos los lunes a la medianoche. Por C TV.
sábado, 15 de noviembre de 2008
Trance
Mi cuerpo se rinde ante el conjunto de sonidos,
me balanceo de un lado al otro, mis manos bailan,
y me tiemblan las piernas.
Esa sensación tan característica me recorre toda entera,
y se apodera de muchos de mis rincones.
Me entrego con los ojos cerrados, me rindo con cada nota,
disfruto de cada sentimiento que nace desde lo auditivo para extenderse hacia todos los sentidos.
Floto. Suspendida en el aire. Me quedo. Muevo.
Realmente necesito una fiesta con esta música. Y pony.
Soon.
me balanceo de un lado al otro, mis manos bailan,
y me tiemblan las piernas.
Esa sensación tan característica me recorre toda entera,
y se apodera de muchos de mis rincones.
Me entrego con los ojos cerrados, me rindo con cada nota,
disfruto de cada sentimiento que nace desde lo auditivo para extenderse hacia todos los sentidos.
Floto. Suspendida en el aire. Me quedo. Muevo.
Realmente necesito una fiesta con esta música. Y pony.
Soon.
O. suspendido
De pronto una barrera invisible ejerce presión y separa mi cuerpo del tuyo con fuerza.
Si el golpe que recibo fuera tangible, si fueran tus manos las que me acorralaran violentamente contra una pared para desvestirme, tocarme suavemente y sentir en todas partes mi aroma, probablemente moriría de placer exacerbado en pocos minutos.
Pero la invisibilidad de ese bloqueo que reina en el aire me deserotiza. Siento encierro y no puedo dejarme llevar ni llevarte. No puedo explorar y buscar ese rincón donde deberíamos entrelazar nuestro goce y sentir al máximo. No puedo intentar ejercer cierto control sobre la situación como a veces me gusta, pero tampoco puedo rendirme enteramente a la elección de tus movimientos corporales.
Eso que flota en el aire sin forma me aleja de las sensaciones agudas que tan dulcemente retuercen mi cuerpo de a poco. La naturalidad frustrada impide que pueda desarrollar libremente la necesidad de estar en contacto con tu cuerpo, de besarte entero, de acariciar tu piel apretando un poco tus músculos. De morder suavemente tu cuello y hundirme en tu húmedo labio inferior mientras mis manos sujetan las tuyas con fuerza. De sentir mi pecho apoyado contra el tuyo y el calor de tu cuerpo mirándome fijo. La necesidad de lo tibio de tu lengua y de tus manos en mi panza, en mis piernas, en mi boca. Una mirada y mi impaciencia pidiendo el contacto más íntimo.
Eso que flota en el aire sin forma me aleja de las sensaciones agudas que tan dulcemente retuercen mi cuerpo de poco.
Si el golpe que recibo fuera tangible, si fueran tus manos las que me acorralaran violentamente contra una pared para desvestirme, tocarme suavemente y sentir en todas partes mi aroma, probablemente moriría de placer exacerbado en pocos minutos.
Pero la invisibilidad de ese bloqueo que reina en el aire me deserotiza. Siento encierro y no puedo dejarme llevar ni llevarte. No puedo explorar y buscar ese rincón donde deberíamos entrelazar nuestro goce y sentir al máximo. No puedo intentar ejercer cierto control sobre la situación como a veces me gusta, pero tampoco puedo rendirme enteramente a la elección de tus movimientos corporales.
Eso que flota en el aire sin forma me aleja de las sensaciones agudas que tan dulcemente retuercen mi cuerpo de a poco. La naturalidad frustrada impide que pueda desarrollar libremente la necesidad de estar en contacto con tu cuerpo, de besarte entero, de acariciar tu piel apretando un poco tus músculos. De morder suavemente tu cuello y hundirme en tu húmedo labio inferior mientras mis manos sujetan las tuyas con fuerza. De sentir mi pecho apoyado contra el tuyo y el calor de tu cuerpo mirándome fijo. La necesidad de lo tibio de tu lengua y de tus manos en mi panza, en mis piernas, en mi boca. Una mirada y mi impaciencia pidiendo el contacto más íntimo.
Eso que flota en el aire sin forma me aleja de las sensaciones agudas que tan dulcemente retuercen mi cuerpo de poco.
Abstracción
Sugestiones marcadas por los golpes de la música volviéndose un todo.
Cuerpo que se aleja con rapidez del contexto. Todo se mueve, se disuelve, el alrededor se desintegra, se esfuma, se vuelve borroso.
La transformación del entorno provocada por un deseo me lleva a un dulce aislamiento en mi cabeza, ahí donde el umbral entre el dolor y el placer es cada vez más delgado.
Veo todo desde afuera, como si estuviera en otro lado.
Espectadora.
Cuerpo que se aleja con rapidez del contexto. Todo se mueve, se disuelve, el alrededor se desintegra, se esfuma, se vuelve borroso.
La transformación del entorno provocada por un deseo me lleva a un dulce aislamiento en mi cabeza, ahí donde el umbral entre el dolor y el placer es cada vez más delgado.
Veo todo desde afuera, como si estuviera en otro lado.
Espectadora.
No sé...
Cada texto es una parte de mi composición inmortalizada en el tiempo. Colgada.
Son porciones de un todo que se vuelven lejanas y mayoritariamente absurdas. Cuando me releo veo a otras diferentes en mí. ¿Existencialidad fragmentada?
No sé si acaso será que uno cambia todo el tiempo o simplemente varían las sensaciones. Pero si las sensaciones jamás pueden tener idéntica reproducción en el tiempo porque cada una de ellas se vuelve única en su composición, mezcla, e interpretación de sí misma - al punto en que uno no puede hoy sentir como ayer más que a través de la (re) construcción imaginaria de sensaciones -, se es otro todo el tiempo. Y eso es cambiar un poco todos los días. Ahora siento. Lo de ayer lo recuerdo. O lo construyo.
No sé. (Pienso en voz alta)
Son porciones de un todo que se vuelven lejanas y mayoritariamente absurdas. Cuando me releo veo a otras diferentes en mí. ¿Existencialidad fragmentada?
No sé si acaso será que uno cambia todo el tiempo o simplemente varían las sensaciones. Pero si las sensaciones jamás pueden tener idéntica reproducción en el tiempo porque cada una de ellas se vuelve única en su composición, mezcla, e interpretación de sí misma - al punto en que uno no puede hoy sentir como ayer más que a través de la (re) construcción imaginaria de sensaciones -, se es otro todo el tiempo. Y eso es cambiar un poco todos los días. Ahora siento. Lo de ayer lo recuerdo. O lo construyo.
No sé. (Pienso en voz alta)
Placer agudo
Sonidos que me hunden en su serenidad y melodías que hacen mover mis pies intermitentemente en un momento de entrega.
Mis ojos se cierran muy lento mientras mi cabeza sacude un poco la densidad de lo intangible y hace suavemente deslizable mi cuerpo. Los deditos repiquetean en el aire.
Momentos de vi de o clip (vi de o) a partir de un grado de abstracción relajante. Imagen. Construcción efímera de situaciones. Acordes y visuales. Rincones sugestionados por la
necesidad de movimiento comunicada en esa sensación tibia que acaricia mi piel de repente.
Es el placer agudizado por la música. De noche. En verano.
Mis ojos se cierran muy lento mientras mi cabeza sacude un poco la densidad de lo intangible y hace suavemente deslizable mi cuerpo. Los deditos repiquetean en el aire.
Momentos de vi de o clip (vi de o) a partir de un grado de abstracción relajante. Imagen. Construcción efímera de situaciones. Acordes y visuales. Rincones sugestionados por la
necesidad de movimiento comunicada en esa sensación tibia que acaricia mi piel de repente.
Es el placer agudizado por la música. De noche. En verano.
viernes, 7 de noviembre de 2008
Nothing is real
Pulmones llenos de oxígeno y de sensaciones anestesiadas.
Una retórica abandonada que adormecía mis sentidos y argumentos inmortalizados, en el marco de una realidad desfigurada, que devienen en conclusiones en demasía reflexivas para la víspera de fin de semana.
Me hundo ahí en el límite de la cordura donde nada existe. Donde nada permanece. Donde nada es.
Una retórica abandonada que adormecía mis sentidos y argumentos inmortalizados, en el marco de una realidad desfigurada, que devienen en conclusiones en demasía reflexivas para la víspera de fin de semana.
Me hundo ahí en el límite de la cordura donde nada existe. Donde nada permanece. Donde nada es.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
Deconstrucción
Rewind
Un beso dividido y mi cabeza oxidada.
Confusiones a las dos de la tarde,
y deseos de pijama.
(De?) Construcciones mentales,
y bunkers de sensaciones.
Dilato más de una pregunta,
y vuelo hacia las nubes de un cielo marginado.
Pienso y otra vez esa línea divisoria entre realidad y ficción se vuelve muy delgada, demasiado frágil. Peligrosa.
Necesito poder apoyar las plantas de mis pies sobre algún suelo, enteras.
Busco algo de aquella entrega, una pincelada de ese tono,
y el repiqueteo musical de unas palabras que invaden mis oídos,
imaginariamente. O en el recuerdo.
Rewind.
Confusiones a las dos de la tarde,
y deseos de pijama.
(De?) Construcciones mentales,
y bunkers de sensaciones.
Dilato más de una pregunta,
y vuelo hacia las nubes de un cielo marginado.
Pienso y otra vez esa línea divisoria entre realidad y ficción se vuelve muy delgada, demasiado frágil. Peligrosa.
Necesito poder apoyar las plantas de mis pies sobre algún suelo, enteras.
Busco algo de aquella entrega, una pincelada de ese tono,
y el repiqueteo musical de unas palabras que invaden mis oídos,
imaginariamente. O en el recuerdo.
Rewind.
sábado, 1 de noviembre de 2008
Calidez nocturna
Un vaso de cerveza helada en mi mano
el cielo ligeramente estrellado,
y la terraza que me invita a desarrollar ciertos placeres.
Una noche de verano
deseos de fiesta escondidos
música de compañía,
y algunas sensaciones de alegría placenteramente invasivas.
Maconha de regalo
pequeños momentos de disfrute,
y gran necesidad de una cámara de fotos.
Una brisa envolvente que limpia mis pulmones
suspiro ante el buen augurio,
y un gran deseo
de arena, mar, y cielo. De noche.
Mi mente ida,
mi cuerpo tendido,
y mi tacto agudizado.
Goce.
el cielo ligeramente estrellado,
y la terraza que me invita a desarrollar ciertos placeres.
Una noche de verano
deseos de fiesta escondidos
música de compañía,
y algunas sensaciones de alegría placenteramente invasivas.
Maconha de regalo
pequeños momentos de disfrute,
y gran necesidad de una cámara de fotos.
Una brisa envolvente que limpia mis pulmones
suspiro ante el buen augurio,
y un gran deseo
de arena, mar, y cielo. De noche.
Mi mente ida,
mi cuerpo tendido,
y mi tacto agudizado.
Goce.
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