Las diversas tareas que me han mantenido ocupada estos días, y los momentos-tesoro con el divinor, me han dejado poco tiempo para sentarme frente a la pantalla, escribir algunas líneas, hurgar en mi disco buscando alguna foto ilustrativa, y decir: FELIZ PRIMAVERA!!!!!
Pero sólo ha sido falta de tiempo, porque esperé la llegada de esta estación con ansias y disfruté cuanto sea posible estar comenzándola con chico B apenitas pasadas las 00 horas del domingo.
Hoy llueve, pero no importa. Hace frío, pero no importa. Ya empezó la primavera, y eso simplemente hace que todo sea más lindo.
cuando sé que no sé nada, que no entiendo, que busco y no encuentro, me pierdo y recuerdo. cuando sé que falta algo, que la nostalgia temprana es absurda, que tengo y he perdido, no sé. cuando ese algo me atraviesa, cuando una certeza me visita y anula el resto de las cosas, sé. no sé si sé lo que sé sé que no sé pero sé que algo sé. no-sé-sí-sé-que-sé-no-sé sólo sé que está sucediendo.
luces que se reflejan en el agua bailan al ritmo de las olas e iluminan la tranquilidad del río. olor a madera mojada por un sonido que rebota en los límites de un muelle solitario amable y misterioso. tu piel bajo la mirada de la luna que invita al placer de una noche oscura y calurosa. un sonido lejano que no importa el silencio acá cerca que seduce. escalón ocupado a metros del agua por nuestros cuerpos casi pegados. en el medio de la nada mi cuerpo sobre el tuyo te abraza bajo un cielo de puntos luminosos.
En croata, septiembre se llama rujan (‘[mes] rojo’) porque las hojas se ponen rojas antes de caer en otoño. En checo, septiembre se llama září (brillo). En finlandés, septiembre se llama syyskuu (mes de otoño). En polaco, septiembre se llama wrzesień (el mes en que florecen las flores calluna). En turco, septiembre se llama eylül (en árabe eylûl), en sirio aylûl significa ‘uva’; de esta manera significaría mes de las uvas. Otra etimología más probable lo hace provenir del mes hebreo Elul. En Amharic y Tigrinya, septiembre se llama meskerem, porque es el mes en que florecen las flores amarillas meskerem, lo que marca el comienzo del Año Nuevo de acuerdo con los antiguos calendarios cristianos ortodoxos de Eritrea y Ethiopia, y también el comienzo de la gran estación de las cosechas en ambos países.